Tiempos difíciles, tiempos maravillosos

Acabamos de salir, poco a poco, de una terrible pandemia que nos ha tenido a todos en un puño durante casi dos años. La Humanidad ha vivido crisis sanitarias similares en el pasado, algunas de ellas con una terrible mortandad, pero estas catástrofes nunca habían alcanzado a todo el planeta, a cada rincón de este inmenso mundo.
Sin duda alguna vivimos nuevos tiempos, nos encontramos ante un paradigma absolutamente disruptivo, en el que el ser humano, los bienes y servicios y la información fluyen por doquier y a gran velocidad. Solo así se explica cómo un pequeño virus se ha podido convertir en el horror que hemos padecido recientemente.

Son tiempos de grandes riesgos, en los que esta hiperconectividad genera también grandes dependencias. Un pequeño accidente como el del carguero en el canal de Suez puede tener graves repercusiones en el transporte internacional, una crisis de productividad por el virus causa una carencia de microchips que afecta literalmente a casi todos los sectores productivos, intereses dispersos y locales de geopolítica repercuten en el sector del gas con enormes consecuencias para occidente…

Asistimos a un nuevo escenario, en el que grandes gigantes se revuelven enconados y, como en la canción de Antonio Vega, su lucha convierte el aire en gas natural, deviene irrespirable para el pequeño ciudadano. Por eso, ahora más que nunca, es esencial buscar la unión, juntar hombros para avanzar cuando se comparte el fin, apoyarnos mutuamente porque una más uno es siempre mucho más que dos.

Podemos sacar muchas lecciones de la pandemia y habrá lecturas muy diferentes al respecto. Pero en lo que todos coincidimos es que este virus ha cambiado el mundo: ha acelerado la digitalización de la economía, ha desarrollado el teletrabajo, nos ha dado otra conciencia de los problemas globales (y locales), etc.
Como siempre ha ocurrido, después de una tormenta llega el sol. Se nos abren ahora muchas oportunidades y retos. Cómo reaccionemos a los mismos marcará no solo los próximos meses sino nuestro futuro. Vivimos tiempos difíciles pero sin duda maravillosos.

Juan Manuel Casado Buendia — Abogado